Descubrí cómo tu Autoestima está afectando tu relación de pareja
Si, aunque nos cueste creerlo o jamás se nos haya ocurrido asociarlo, el grado de nuestra autoestima afecta directamente el tipo de vínculo que construimos en la pareja y en todas nuestras relaciones.
Con grado de autoestima me refiero a, si es una estima personal trabajada y equilibrada o, si por el contrario, es un amor propio que está pidiendo a gritos socorro.
Autoestima trabajada
En la medida en que tengamos un buen concepto de nosotros mismos, que nos tengamos en buena estima, nos podemos relacionar con las demás personas con mayor honestidad, confianza y seguridad. Esto quiere decir que podemos ser quienes somos, primero porque sabemos quienes somos y lo respetamos, y por otro lado nos corre del lugar de complacer y querer ser como suponemos que a la otra persona le gustaría que seamos, creyendo que esa es la única forma de que nos quieran y valoren.
Cuando nuestra autoestima está trabajada, nos relacionamos con mayor conciencia y responsabilidad, sabiendo que elegimos compartir nuestro camino con esa persona. Es decir, accedemos a una idea más madura del amor, entendiendo que es una elección y una construcción.
Miedo y necesidad
Cuando nuestra autoestima está en números rojos, en cambio, nos vinculamos desde el miedo y la necesidad.
Miedo a ser dejados o rechazados, y por ende miedo a quedarnos solos.
Y necesidad porque quedamos a expensas de que la otra persona llene nuestros vacíos, que de algún modo nos sane y nos dé aquello que necesitamos y que creemos que no podemos hacerlo solos o no sabemos cómo hacerlo.
Esto claramente deriva en una gran dependencia emocional.
¿Entonces?
Entonces si lo que queremos es tener una relación sana de pareja, primero es necesario que revisemos cómo está la relación con nosotras mismas.
¿Nos dedicamos tiempo para conocernos, saber qué nos gusta, queremos y necesitamos?
¿Nos brindamos los espacios personales para darnos todo eso que queremos y necesitamos? ¿o estamos esperando que algo o alguien nos haga sentir bien?
¿Cuánto tiempo a la semana le dedicamos a hacer cosas que nos gustan por puro placer de hacerlas?
¿Qué concepto tenemos de nosotros mismos?
¿Podemos reconocer nuestros valores, capacidades y habilidades?
¿Nos consideramos capaces de resolver y afrontar las situaciones cotidianas?
¿Nos aceptamos tal y como somos aunque haya cosas que podríamos cambiar si así lo quisiéramos?
¿Cómo es nuestro diálogo interno?¿Qué nos decimos a nosotros mismos cuando cometemos un error?
¿Nos felicitamos por nuestros logros?
¿Cuántas cosas que te gustan dejamos de hacer por otros? ¿Cuántas hacemos que no nos gustan por complacer a otros?
Tomate unos minutos para responder con consciencia.
Esta es una forma de mirar hacia adentro para descubrir dónde estamos parados hoy en cuanto a nosotros mismos y por lo tanto, en cuanto a nuestras relaciones de pareja.
Ninguna respuesta está bien o mal, no vamos a juzgarnos. La intención es aprender un poco más sobre cómo y desde dónde nos estamos relacionando y, sobre todo, qué estamos necesitando trabajar para crecer y mejorar.