Por qué tomar consciencia y responsabilizarte de tus decisiones
Cuando elegimos tomar las riendas de nuestras vidas, hay muchos factores a tener en cuenta, pero el principal es la motivación por diseñar la vida que deseamos y que además y sin ninguna duda todas nos merecemos.
La Terapia de Deconstrucción consta de tres fases interconectadas e igualmente importantes. Cada una se nutre de las otras y a lo largo del proceso es necesario ajustar detalles y combinarlas de acuerdo a la situación de cada mujer.
Hoy nos dedicaremos a explorar la primera de estas fases, tomar consciencia y responsabilizarnos de nuestras decisiones. Esta fase es imprescindible para determinar en qué estado nos encontramos y cómo atravesamos las situaciones que vivimos. Su principal objetivo es frenarnos y dejar de actuar de manera automática para descubrir las creencias que guían nuestras conductas. Al mismo tiempo, consiste en asumir que tenemos la responsabilidad de cambiar.
¿Cómo nos damos cuenta de la ausencia de consciencia y responsabilidad personal?
En la vida cotidiana, existen algunos indicadores de que hay algo que no estamos viendo y por tanto no estamos resolviendo en nosotras mismas. Veamos algunos de ellos:
Queja permanente
Círculos interminables de malestar
Historias repetitivas que las vemos venir, pero no las podemos esquivar.
Un dolor en nuestra historia que no hemos sanado
Una creencia limitante a la que falta ponerle luz
Algo que aún no estoy lista para soltar
Algo que ha quedado en la sombra
El primer paso hacia la libertad es la toma de conciencia de estos elementos y asumir la responsabilidad por cada uno de ellos, dado que esa es la única forma de que el poder retorne a nosotras.
¿Qué significa tomar consciencia?
Tomar consciencia se refiere a darnos cuenta de cuáles son aquellas formas y acciones que reproducimos de manera automática, que nos son perjudiciales o nos disgustan, pero hasta el momento no hemos podido dejar de repetir. Se trata de descubrir las creencias que las rigen desde las sombras, creencias que hemos construido en función de nuestra historia personal, social y familiar. Su importancia radica en darnos cuenta de que hoy, en tanto adultas responsables de nuestras emociones y nuestra vida, tenemos la capacidad y el poder de revisar y reconstruir.
Si no logramos cierto estado de consciencia sobre cómo actúan estas sombras en nuestra vida, difícilmente podamos ver y sentir que la posibilidad de cambio está en nuestras manos. De alguna u otra forma hemos llegado al estado actual debido a los pensamientos y creencias que nos rigen, es decir, debido a lo que hemos estado siendo y por lo tanto decidiendo y haciendo.
Nosotras tenemos el poder de modificarlo, potenciarlo o virar de rumbo. Pero, mientras esto no suceda, lo que acontece siempre estará por fuera de nuestro mando, de nuestras posibilidades. La vida será solo y exclusivamente algo que “nos pasa” y que “se” nos pasa.
¿Qué significa responsabilizarte de tus decisiones?
La toma de consciencia tiene la capacidad de devolverme un gran poder, el de tomar las riendas de mi vida, más allá de lo que acontezca.
Además, nos trae un gran desafío que no siempre estamos dispuestas a aceptar, y es el de asumir la plena responsabilidad.
Cuando llega la toma de consciencia, ya no cabe echar culpas a Dios, al universo, a tal o cual persona ni al gobernante de turno por lo que me ocurre cotidianamente. Ya no son los otros u otras los que "me hacen" cosas, sino que soy yo quien permite que se trasciendan ciertos límites. Esto suele suceder en las siguientes ocasiones:
Cuando no me comunico claramente
Cuando malinterpreto o supongo ciertas cosas
Cuando no realizo ciertas acciones
Cuando no confío en mí
El peso que resulta de asumir las consecuencias de nuestras propias decisiones, pensamientos y acciones es lo que muchas veces no estamos dispuestas a aceptar. Por eso, quedamos atrapadas en el malestar y preferimos la queja antes de aceptar que algo tuvimos que ver con eso mismo por lo cual nos quejamos.
El camino hacia la maduración personal
Existen muchos beneficios y acciones posibles a los que nos abrimos cuando elegimos tomar consciencia y responsabilizarnos:
Saber que tenemos el poder y la capacidad de cambiar aquellas cosas que en el momento actual no funcionan como deseamos.
Revisar nuestra historia para resignificarla, obtener aprendizajes y dejar de actuar en automático.
Construir una nueva forma de vivir en base a nuestros valores internos.
Salir del victimismo y caminar con consciencia sabiéndonos capaces y confiando en nuestro poder de asumir las consecuencias y lidiar con ellas.
Contar con mayor tranquilidad y confianza en el futuro.
Disponer de mejores relaciones con los demás al no depositar en ellos la necesidad de ser salvadas o la culpa por el propio malestar.
Asumir la responsabilidad por lo que acontece en nuestras vidas significa subir un peldaño más hacia la madurez emocional, y hacia la libertad de acción.
Si bien no podemos controlar lo que otros u otras hagan, o todo lo que acontece alrededor, sí podemos modificar el modo en que percibimos todo aquello, el significado que le damos y el aprendizaje que podemos sustraer de lo acontecido, aunque no haya sido lo que esperábamos o deseábamos. Allí radica nuestro poder y nuestra responsabilidad.
Tenemos internalizada (de manera inconsciente) la falsa creencia de que es más sencillo culpabilizar a otros o dejar en sus manos las decisiones importantes para no cargar la culpa de las consecuencias que eso atrae. Pero, lo real es que esto solo nos evita una incomodidad momentánea. Son recursos y excusas para evadirnos de nuestra propia vida, y esa evasión conlleva un costo demasiado grande.
Cuando tomamos consciencia de qué cosas nos condujeron a donde nos encontramos hoy, tenemos la posibilidad de asumir las consecuencias, como parte responsable. Así construimos el aprendizaje de qué cosas debemos modificar para obtener distintos resultados y qué cosas sostener y potenciar para continuar obteniendo bienestar.
Cómo hacemos para responsabilizarnos de nuestras decisiones
Asumir que el campo de acción que tenemos disponible radica solo en nuestra propia vida y en nuestro interior, sin pretender cambiar a los demás o necesitar controlar las circunstancias, nos permite abandonar el victimismo y el estrés diario.
Trabajando en nosotras mismas de manera constante para lograr conocernos y aprender a amarnos nos posibilita fortalecer nuestra propia confianza. Así, nos sabemos capaces de que podemos asumir la responsabilidad de nuestras vidas para afrontar las consecuencias y modificarlas de ser necesario.
En las siguientes fases de la Terapia de Deconstrucción encontraremos que es preciso retomar las creencias y trabajarlas a fin de replantear nuestros objetivos o redefinir nuestro plan de acción ante la vida.