Terapia holística para nuestros dolores como mujeres
Las mujeres hemos sido criadas para dedicarnos al cuidado y protección de los demás. Nos han preparado para satisfacer necesidades y cumplir expectativas que, en general, se alejan bastante de la singularidad de cada una de nosotras. Tenemos que ser agradables, cumplidoras, buenas profesionales, madres, amantes, amigas y esposas. Básicamente, debemos satisfacer demandas externas y deseos ajenos.
¿Pero qué hay de nuestros deseos? ¿Qué sucede con lo que en verdad anhelamos construir en esta vida? Sabemos que se trata de una experiencia única. Si hubiera otra, al menos no la recordaríamos.
Muchos de nuestros dolores comunes —imposibilidad de establecer vínculos sanos, criar en soledad, conquistar nuestra independencia, falta profunda de amor propio— radica en el desconocimiento de quiénes somos en verdad. No conocemos nuestros deseos profundos y personales, nuestro propósito en la vida, nuestras capacidades y los valores e intereses que queremos promover y desarrollar. Nadie nos prepara para tener consciencia de esto.
El camino hacia un despertar de las mujeres podrá ser más o menos largo, pero ya empezamos a recorrerlo.
Es cierto que, quizás, no siempre sea sencillo. Habrá dolores que atravesar, fantasmas que enfrentar, sombras que integrar y muchas creencias que deconstruir y actualizar. Sin embargo, el resultado —que nunca es definitivo ni estático— es de bienestar, equilibrio, crecimiento personal real y madurez emocional. Aquí estamos para recorrerlo juntas.
Los principales dolores de las mujeres
La mayoría de las mujeres que buscan mi acompañamiento profesional necesitan un cambio concreto en sus vidas. Se encuentran en un círculo de malestar, repitiendo las mismas historias de relaciones tóxicas una y otra vez, y están estancadas en su vida laboral y profesional sin poder conquistar una independencia real que les permita tener autonomía económica, horarios propios y tiempo de calidad con sus hijos.
También se trata de mujeres que, a través de diferentes experiencias, han visto su autoestima socavada o han sido incapaces de construirla por diversas razones a lo largo de su vida. Estas mujeres están atravesando su maternidad en soledad, sin contención y, en muchos casos, con plena responsabilidad como madres solteras.
A pesar de todos estos dolores, son mujeres que buscan generar y gestionar un cambio que les permita sentirse dueñas y protagonistas de su propia historia. Mi misión es acompañarlas. Solo necesitan estar comprometidas y dispuestas a atravesar el proceso.
Te comparto aquí los principales temas que acostumbro a abordar en mi terapia holística.
Relaciones tóxicas
Las relaciones tóxicas son aquellas que nos dañan y generan malestar, confusión e incomodidad. Pueden darse tanto en la pareja como en las relaciones de trabajo, entre amigos, con la familia y en otros escenarios.
Estas relaciones se establecen sobre una dinámica de desigualdad y poder de uno sobre el otro. Suelen ser vínculos donde existe competencia, celos, posesión, críticas, humillaciones, desvalorización y violencia, entre otras situaciones más. Lejos de aportar a nuestro desarrollo y crecimiento, lo estancan y empobrecen.
La alianza tóxica que replicamos en todos nuestros vínculos suele estar íntimamente conectada con la relación tóxica que hemos establecido con nosotras mismas, basada en la poca o ninguna apreciación personal que tenemos y en nuestra falta de inteligencia emocional. Se trata de una forma aprendida. Como tal, puede desaprenderse para generar otros modos más sanos en todas nuestras relaciones, empezando por la nuestra.
En estos casos, necesitaremos identificar cuáles son aquellos aspectos nocivos para ambas partes que se repiten una y otra vez en nuestros vínculos y relaciones con los demás.
La intención es rastrear cuál es el origen de esta forma de vincularnos, encontrar los primeros modelos y las referencias relacionales que nos llevaron a instalar esta manera particular de vincularnos.
Por otra parte, es necesario detectar cuáles son las creencias que existen detrás y que se instalaron de manera inconsciente, y que hoy nos llevan a entablar este tipo de relaciones con las personas que nos rodean.
A partir de allí, gestionaremos un nuevo sistema de creencias en función de los valores y del tipo de relaciones que deseamos establecer de ahora en adelante. Así, podremos definir las acciones a emprender.
En conclusión, los puntos principales que necesitaremos trabajar en cuanto a las relaciones tóxicas son:
Detectar y tomar conciencia de cómo nos relacionamos con estas personas y cuál es nuestra responsabilidad e influencia en la generación y mantenimiento de estos llamados vínculos tóxicos.
Encontrar respuesta a preguntas esenciales como: ¿Cuál es el origen de esta forma vincular? ¿Por qué lo hemos establecido como un modelo válido? ¿Cuál es la creencia que, de manera inconsciente, nos lleva a perpetuar y sostener estos vínculos?
Actualizar estas creencias en función de una nueva forma de pensar y concebir las relaciones sanas.
Comenzar a gestionar y a tomar acción desde las propias habilidades y herramientas personales.
Dependencia económica
Conquistar nuestra independencia económica significa mucho más que conseguir un trabajo que nos permita subsistir.
Nuestra cultura reivindica el esfuerzo y el sacrificio detrás de los logros, es decir, el placer de obtener cosas en la vida a través de "sudor y lágrimas". Esto nos lleva a pensar que si no tenemos un trabajo sacrificado de 8 a 20 —trabajo que odiamos y que no nos deja tiempo para hacer nada más que quejarnos de las tareas domésticas y los niños—, no estamos haciendo nada importante.
A menos que nuestra pasión esté ligada a ciertas carreras consideradas exitosas y muy valiosas, vivir de lo que amamos parece una utopía.
En muchos casos, incluso nos avergüenza reconocer lo que realmente nos gustaría hacer. Y en muchísimos casos más, ni siquiera sabemos lo que nos gusta. Estamos tan acostumbradas a la conformidad que nos hemos separado completamente de nuestros sentimientos verdaderos .
Encontrar el propósito de cada una de nosotras, animarnos a explorarlo y construir libertad financiera desde allí, también es un camino a recorrer, con altos y bajos, con alegrías y frustraciones, pero siempre con aprendizajes y enormes beneficios, tanto personales como emocionales.
Lo principal sobre lo que hay que trabajar son las creencias, valores, acciones y decisiones que nos han llevado a depender económicamente de otra persona o de un trabajo en particular. Es importante investigar las creencias limitantes, los mandatos y lealtades familiares y el merecimiento.
Otro punto relevante es poder conectar con nuestros deseos personales de realización en lo relativo al propósito, para empezar a asumirlo como un deseo válido y posible que nos permita obtener la independencia económica y emocional que estamos buscando.
Aquí abordaremos los siguientes pasos:
Conectar con el deseo y propósito personal.
Rastrear y actualizar creencias limitantes.
Reconocer las propias capacidades y atributos.
Trabajar sobre el merecimiento.
Establecer los objetivos y el plan de acción para lograr la autonomía deseada.
Poca valoración personal
La autoestima, como la palabra lo indica, se refiere a la estima que tenemos por nosotras mismas, ya sea alta o baja. Se refiere a cómo nos percibimos en todas las áreas de nuestra vida.
Si bien se empieza a construir desde el vientre materno, la autoestima se relaciona con:
La forma en que hemos sido sentidas, miradas y alojadas.
La exigencia y el reconocimiento que se ha puesto sobre nosotras y nuestras formas de ser.
El crecimiento, nuestro sentir, el modo de expresarnos.
La manera en que hemos sido validadas o rechazadas por nuestras primeras figuras de apego.
En principio, todo esto comienza a construirse de afuera hacia adentro, y luego se interioriza como verdadero y definitivo, aunque ciertamente no lo es. Lo replicaremos en nuestras diferentes experiencias y relaciones.
Para trabajar y abrazar nuestra valoración personal, necesitamos deconstruir estas creencias instaladas como verdaderas, despertar un conocimiento y reconocimiento real de quiénes somos y, finalmente, actualizar las mismas, lo que nos llevará a un aumento y fortalecimiento de nuestra percepción y valoración personal.
Para empezar a resolver esto, es necesario analizar cómo el sistema de creencias en relación con la autoestima y la apreciación personal se ha ido construyendo a lo largo de nuestra historia.
Existe una gran variedad de herramientas holísticas y terapéuticas que pueden ayudarnos a rearmar un nuevo sistema de creencias. Esto nos permitirá trazar un camino de autoconocimiento, descubriendo y reconectando con habilidades y capacidades —teniendo en cuenta nuestras condiciones singulares— para aumentar y fortalecer el amor propio como una práctica de construcción diaria y permanente.
Será necesario revisar:
Cuáles son las creencias sobre nosotras mismas y el nivel de consciencia que tenemos al respecto.
Qué acciones debemos emprender para cambiar este sistema de creencias.
Qué técnicas y herramientas específicas son útiles para aprender a conocernos y tratarnos, de manera consciente, y así fortalecer y elevar la autoestima.
Atravesar este proceso permitirá reconocer nuestras singularidades, capacidades y habilidades, retomar la confianza en nosotras mismas y sentirnos capaces y merecedoras, siempre respetando nuestros deseos, valores y creencias.
Maternidad en soledad
Todas las mujeres que nos hemos convertido en madres atravesamos procesos de grandes cambios, duelos, postergaciones y aprendizajes. ¿Qué sucede con las madres solteras? Se nos suma el desafío de asumir la crianza de nuestros hijos y llevar adelante el mantenimiento y desarrollo de un hogar sano para ellos y nosotras sin la colaboración y el acompañamiento diario de un par.
La "categoría" de madre soltera no se aplica únicamente cuando el progenitor desaparece o no quiere asumir la paternidad en absoluto. Incluso si hay un padre que cumple los requisitos legales mínimos, madre soltera es toda mujer responsable de proporcionar un hogar, apoyo emocional y cuidados de todo tipo. También se ocupa de temas escolares y extraescolares, de la salud física y mental, de la organización de cumpleaños y fiestas, y de todo lo que las mamás sabemos que implica criar en solitario.
Las madres solteras solemos cargar con culpas, frustraciones e incluso cierta vergüenza por sentir o creer que no hemos sido capaces de alcanzar los estándares y mandatos sociales que corresponden a una familia digna de admiración, es decir, una buena familia.
En general, cuando indagamos en los dolores particulares de estas mujeres, también encontramos que a menudo llevan consigo una historia de relaciones tóxicas y mucha desvalorización que aumenta con la pérdida de espacios individuales, sumada a la falta de autonomía y la dependencia económica.
Para encontrar una salida, el objetivo será sanar los vínculos, asumir la responsabilidad emocional y fortalecer la autoestima con el fin de tomar el control de la vida y lograr la autonomía y la vida que las mujeres desean para sí mismas y para sus hijos.
En esta asesoría trabajaremos en:
Soltar y sanar relaciones tóxicas.
Revisar y actualizar nuestro sistema de creencias respecto a nosotras mismas, las relaciones y el propósito personal.
Fortalecer nuestro amor propio.
Reconocer y asumir nuestros valores y deseos personales.
Establecer los objetivos y las acciones para conseguir la vida que queremos.
Terapia holística para abordar estos temas
Estos son algunos de los dolores más frecuentes, o más visibles, que suelen sufrir las mujeres en general y las madres solteras en particular, aunque durante el proceso terapéutico suelen surgir otros, quizás porque están un poco más ocultos.
Poder abordarlos desde una terapia holística e integral nos brinda la seguridad de que estaremos teniendo en cuenta todos los factores y niveles que nos forman y atraviesan como seres humanos. Me refiero a lo mental, físico y emocional, y a cómo influye y nos retroalimenta el entorno en el cual estamos inmersas.
Acompañar y ayudar a mujeres de manera profesional no ha sido un propósito que haya nacido conmigo, sino que surgió y creció junto con mi propia experiencia como mujer adulta en deconstrucción y como madre soltera, en los primeros años.
Haber tenido —y haberme permitido— la posibilidad de pasar por un proceso terapéutico basado en diferentes terapias holísticas y complementarias fue lo que me ayudó a alcanzar un bienestar actual mucho mayor.
Logré construir una pareja sana, tener libertad financiera, sentirme abundante con mi propósito, aumentar mi autoestima y disfrutar de mi tiempo y de las cosas que me gusta hacer en armonía con mi vida familiar y profesional.
Por eso mi camino como profesional de la salud mental está actualmente impregnado de formación y conocimientos sobre el bienestar emocional, psicofísico y espiritual. Estoy segura de poder acompañar en su desarrollo personal y profesional a tantas mujeres que, como yo hace algún tiempo, necesitan un cambio profundo para recuperar el poder y el control de sus vidas.