Paola Bossi

View Original

Qué es la angustia por separación en las madres solteras

Solemos asociar la angustia de separación en los bebés y niñes ¡Hasta en las mascotas!

Pero yo juro que sufro de angustia por separación cada vez que mi hijo parte de casa por el régimen de comunicación que tenemos con su papá y ni hablar ¡cuando se van de vacaciones!

¿QUÉ ES LA ANGUSTIA DE SEPARACIÓN?

Si sos mamá te habrá pasado con tu bebé que en cierta etapa empieza a no querer despegarse de vos más que nunca. Llora con más frecuencia, no se quiere quedar o estar en brazos de familiares que antes sí, la puerta del maternal es un momento desgarrador! hasta empezás a dudar si no deberías cambiarlo de institución.

Empezamos a desesperarnos a no saber ni entender qué les pasa, de hecho nos ponemos a investigar porque creemos que quizás esté sucediendo algo malo (por no decir terrible). Y un día llegás a la pediatra y te habla de la ansiedad de separación o angustia de los 8 meses.

“La ansiedad por separación en los niños es una etapa del desarrollo durante la cual el niño se pone ansioso cuando se separa del cuidador primario (usualmente la madre).

Desde los 8 a los 14 meses de edad, los niños a menudo experimentan miedo cuando conocen personas nuevas o visitan nuevos lugares. Ellos reconocen a sus padres como familiares y seguros. Cuando se separan de ellos, se sienten amenazados e inseguros. 

La ansiedad o angustia por separación es una etapa normal a medida que el niño crece y se desarrolla. Usualmente finaliza cuando los niños tienen alrededor de 2 años. A esta edad los niños empiezan a comprender que los padres pueden estar fuera del alcance de su vista ahora, pero que van a regresar más tarde.”

Cabe aclarar que esto es algo bastante habitual y no suele requerir tratamiento ni diagnóstico. De todas formas, ante cualquier duda siempre es preferible y primordial descartar, por lo tanto: ¡consulten a sus pediatras!

Bien, hasta aquí es un tema bastante popular, que alguna vez el 99% de las madres al menos escuchamos. Si no por una profesional, por una amiga, colega o compañera.

Ahora ¿Cuántas de nosotras, madres solteras, separadas, en fin, las que criamos solas en algún momento o casi todo el tiempo, sintió esa misma angustia y ansiedad cuando su/s hijx/s partieron para la casa de su papá? o peor aún, para irse de viaje con él!!!

Estoy segura que no soy la única porque lo he escuchado y lo sigo escuchando con cada nueva mujer madre que llega a mi consulta.

MI EXPERIENCIA

En mi caso (quizás algunas ya lo conozcan otras no tanto), cuando el test dio positivo, dejé mi departamento de soltera y volví a mi casa materna donde pasé todo mi embarazo lejos de la ciudad y sin pareja formal. 

Cuando mi hijo estuvo cerca de cumplir los 2 años, finalmente y después de mucho trabajo interno y externo, nos mudamos a una casita pequeña de vuelta en la ciudad, cerquita del parque y de mi trabajo, y finalmente allí comenzamos nuestro hogar y familia de 2.

Con el tiempo y de manera muy paulatina, Tomi comenzó a ir de visita con su papá. Primero eran dos horas dos veces por semana, al otro año comenzó a ir a dormir una noche cada 15 días, después de otro año fueron todos los viernes y así de manera progresiva, con el tiempo (y trabajo personal) definimos un régimen de comunicación más amplio y regular, también basado en el deseo y necesidades de Tomás.

Recuerdo que las primeras veces que mi hijo comenzó a irse con su papá, que fue algo muy gradual a través de estos años, como les conté anteriormente, ¡no sabía qué hacer en su ausencia!

Pasaba horas sentada en el sillón de mi casa, inmóvil, con la televisión prendida sin tener siquiera idea de qué estaban pasando y a veces ni siquiera la prendía.

En mi interior una voz decía:

"Paola levantate, hacé algo. Qué pasó con esa lista interminable de cosas que querías hacer pero no hacías porque con un hijo no tenías tiempo? Dale levantate!" 

Esa era mi mente, pero mi cuerpo parecía no enterarse.

Un día lo hablé con una amiga, le conté exactamente eso que me pasaba. Ella se rió y no supo qué decirme más que comprenderme y desdramatizar un poco.

Fue con el tiempo, charlando con más amigas y familia, llevándolo a terapia sobre todo, que logré de a poco salir finalmente del sillón y de ese estado inerte en el cual quedaba atrapada. Después pasé a la etapa “LIMPIEZA PROFUNDA” era lo único que hacía cuando estaba sola, osea que para cuando Tomi volvía estaba más cansada que antes.

No es que ya no uso más el sillón. ¡Tampoco dejé de limpiar!

Pero ahora aprovecho esos días para ocuparme de mí y de lo que no pude hacer otros días. Como mirar una serie o peli que me quedó pendiente, pero ya lo hago como una actividad recreativa y a consciencia. Otras veces organizo planes con amigas para reunirnos a conversar sin interrupciones, o una cita romántica con mi pareja o me reservo un ratito para leer o para ir de compras…en fin, ahora tengo muchas ideas y el sillón ya no me deja atrapada!

Pero fue un trabajo y un proceso donde tuve que esforzarme por conectar conmigo teniendo a la vez mucha paciencia. 

La angustia no se fue del todo, les digo la verdad, un pedacito de mí sufre y se me pianta un lagrimón cada vez que lo veo partir, y muchos cuando se va de vacaciones ahora que es más grande.

Pero aprendí a abrazar mi angustia, a abrazarme, a recibir su mensaje que me cuenta que ahora es el turno de maternarme un ratito. Y me lo permito.

Es un momento, a veces menos breve que otros, pero al fin descubro el placer de conectar conmigo, con mis tiempos y ritmos, de entender ese espacio de separación como un aire que nos renueva a ambos, de comprender que mi vida no es solo Tomi aunque a veces lo parezca y que eso está bien, por mí y por él.

Ese espacio me permite reencontrarme, disfrutar de estar conmigo y con otros por fuera de la diada, conectar con mis gustos y hobbies y también descansar para que el reencuentro con mi hijo sea mucho más amoroso y enriquecedor.


Si estás dispuesta a embarcarte en un recorrido profundo y gratificante, te invito a contactarme y a empezar el viaje juntas a través de mi Terapia de Deconstrucción.